Con el paso de los años hemos sido testigos del papel que cumple la educación en el desarrollo formativo e integral del ser humano, por lo que surge la interrogante: ¿cuál es la importancia de la educación en la sociedad? Ante esto es necesario mencionar que la escuela, principal centro de enseñanza, debe asumir ciertas funciones sociales a fin de generar ciudadanos autónomos, pero, sobre todo, personas que contribuyan a la construcción de una mejor sociedad: más equitativa, más responsable y más humana.
“La educación no cambia al mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo”, frase célebre del pedagogo Paulo Freire.
Una frase que no solo goza de gran reconocimiento, sino que guarda una gran verdad. ¿No es acaso el proceso educativo el protagonista del avance social? A diario solemos escuchar “la educación debe encargarse de esto y de aquello”, “es culpa del mal sistema educativo” y otras expresiones afines sobre una problemática que todo un país adolece y que, evidentemente, nosotros como docentes conocemos a mayor profundidad.
Bajo esta perspectiva, es inevitable no recordar el pilar educativo vinculado al aspecto social: aprender a vivir juntos. Este principio plantea al proceso pedagógico como un medio fundamental para garantizar la convivencia igualitaria y, a su vez, promover la resolución de conflictos sociales de forma colaborativa. Por ello, como facilitadores del aprendizaje no podemos enseñar un contenido que sea indiferente a los fenómenos sociales, pues tenemos la responsabilidad de fomentar espacios de reflexión y diálogo en el aula que permitan desarrollar el juicio crítico de nuestros estudiantes.
Por otra parte, tener claridad respecto a la función social que tiene la educación es vital. No podemos considerar a la escuela como una institución apartada de la realidad en la que los estudiantes terminen con sus actividades en el horario académico y, una vez culminado, deban enfrentarse con circunstancias y problemáticas que les resultan ajenas o peor aún...¡desconocidas! La escuela no tiene como único deber social a la integración ciudadana en deberes cívicos o la preparación para ejercer una profesión, sino que debe asegurar la formación de personas íntegras y capaces de proponer soluciones que permitan el avance de nuestra sociedad.
"Ustedes son el futuro" solía decir la directora de mi escuela en todos sus discursos. "¿Nos preparan para un futuro mejor o peor?" solía preguntarse uno. Es claro que ahora como docentes podemos plantear distintas alternativas al respecto. Tenemos en nuestras manos la posibilidad de formar personas íntegras, con mayor capacidad de entender los continuos cambios de la modernidad, capaces de valorar la diversidad, respetarla y reducir la desigualdad, ¡capaces de crear el anhelado mundo mejor!
Y tú, joven educador:
Desde nuestra posición de educadores y formadores de seres humanos, tenemos que trabajar de manera conjunta con la comunidad educativa en el deterioro que han sufrido las habilidades sociales y por ende las habilidades blandas en nuestros niños y jóvenes, quienes padecieron dos años el alejamiento de la escuela, de ese espacio donde interactuaban con sus pares.
ResponderBorrarConsidero que forjar ese “futuro mejor” a nuestros estudiantes definitivamente constituye un reto, el poder encaminar no solo sus aprendizajes, sino esta parte tan importante de sus actitudes que les servirán para su vida y desenvolvimiento en la sociedad, cimentarán su papel de ciudadanos y asegurarán su formación como personas integras, tal cual lo mencionas. Para ello necesitamos capacitarnos y buscar apoyo en los especialistas con los que cuente nuestra institución, pues de esa manera podremos elaborar programas idóneos e insertar en nuestras clases el acompañamiento en miras a la ansiada formación integral que nuestros educandos necesitan.
Gracias Génesis por tus aportes.
Atentamente, Profesora María Isabel Achancaray
Es muy interesante lo que comentas en el blog, Genesis. Considero que construir un futuro mejor para nuestros estudiantes se vincula directamente a su desarrollo cognitivo. Deben entender que para poder lograrlo ellos son piezas fundamentales en ese gran cambio. Como futuros docentes debemos de difundir y sensibilizar en ellos ese papel transformador en la sociedad.
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ResponderBorrarUna vez escuche la frase de "Solo se puede ayudar a quien quiere ser ayudado", sin embargo, considero que como docentes podemos cambiar de cierta forma, el modo de pensar de nuestros estudiantes. En ese sentido, aunque en un inicio como adolescentes no sientan la necesidad de mejorar su futuro o se vean desanimados ante la idea de poder cambiar a la sociedad y con ello mejorar su futuro; es parte de nuestra obligación encaminarlos hacia un futuro mejor. Por ello, la forma más directa de ayudarlos es con el ejemplo, pues considero que si el estudiante observa en nosotros perseverancia ante las dificultades y que a pesar de todo podemos seguir sonriendo, creo que podemos contagiarlos de esa fuerza y ánimo de buscar un mejor futuro.
ResponderBorrarLa verdad es muy interesante lo que mencionas, ya que la educación es el asunto más importante para la sociedad, ya que asegura un futuro próspero para la comunidad. La educación es la herramienta más poderosa que el individuo puede usar para mejorar su calidad de vida, para poder alcanzar y desarrollar sus objetivos y metas en la vida. Además, la educación contribuye con la prosperidad económica general, ya que las personas con mayor escolaridad son ganadoras en el mercado laboral.
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ResponderBorrarLa educación es el mejor medio de convivencia en el mundo. Dónde nos capacita para entender y comprender nuestro medio; es así como debemos vivir en sociedad. Donde existe una proeza en priorizar la educación por encima de todo habrá una mejor sociedad. Nosotros como educadores estamos en la obligación de trabajar en conjunto para dar no solo aprendizajes sino también en dar enseñanzas de vida para que los estudiantes sean capaces de interactuar en armonía con su entorno. En un reto enorme, en suplir esa ausencia de dos años en las escuelas. Es por eso que es una necesidad seguir difundiendo nuestros conocimientos a cada rincón de la institución para contribuir en la sociedad.